El nuevo acuerdo con el FMI es inminente y el Gobierno ya tiene un argumento para «saltear» al Congreso

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Las recientes declaraciones del presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, parecieron acelerar los tiempos sobre la cercanía de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

«Solo hay que ponerle el moño», dijo Milei. Y Caputo ratificó que sale antes de que se termine el primer cuatrimestre.

Entre las filas de legisladores libertarios también hay optimismo. «En cualquier momento se viene el acuerdo con el Fondo», le dijo el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, a un grupo de legisladores tras mantener una reunión con bloques afines para coordinar la agenda parlamentaria.

Nuevo acuerdo con el FMI: ¿tiene que ser aprobado por el Congreso?

En el Congreso ya vislumbran una polémica en puerta. Es que el Gobierno confía en que el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario no requiera aprobación parlamentaria. El argumento: que no implicará nueva deuda.

Los bloques de la oposición sostienen exactamente lo contrario, y recuerdan que el artículo 2 de la Ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública aprobada en 2021 establece que un acuerdo de cualquier tipo con el FMI debe pasar por el Congreso.

El texto señala: «Dispónese que todo programa de financiamiento u operación de crédito público realizados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como también cualquier ampliación de los montos de esos programas u operaciones, requerirá de una ley del Honorable Congreso de la Nación que lo apruebe expresamente».

Al tratarse de «fondos frescos», es decir, financiamiento, debería pasar por el Congreso, más allá de si aumenta o no el total de la deuda consolidada. Esa es la posición, por ejemplo, del bloque de Unión por la Patria.

Milei y Caputo sostienen exactamente lo contrario. Y Menem se vería obligado a defender esa posición que generará nuevas polémicas. Ya este miércoles Menem tuvo un cruce muy duro con el jefe de la bancada kirchnerista, Germán Martínez, en el marco del debate sobre Ficha Limpia. Martínez lo terminó desafiando a pelear. Insólito.

Este debate pone en alerta al propio FMI, que viene sosteniendo la necesidad de que cualquier acuerdo sea sostenible políticamente. Es decir, tenga algún espacio de consulta con la oposición.

Héctor Torres, exrepresentante argentino ante el Fondo, señaló: «Es un requisito establecido en la legislación argentina. No es un requisito del FMI, pero muy probablemente antes de aprobar un programa el FMI quiera asegurarse que el gobierno cumple con la ley local».

La negociación con el Fondo Monetario parece haberse acelerado y en el oficialismo empezaron a circular versiones de un acuerdo inminente.

La declaración de Menem -muy cercano a Karina Milei- sorprendió, sobre todo después de la última misión del organismo, que pasó por Buenos Aires sin dar señales de avances.

Caputo insistió en que con el FMI tienen «prácticamente todo acordado, falta nada más la letra fina».

Y señaló: «Los fondos frescos del FMI implican nueva plata pero no nueva deuda, porque con esa plata el Tesoro le recompra deuda al Banco Central, por lo que la deuda bruta queda igual».

El ministro explicó que «se reemplaza deuda intra sector público por deuda con el FMI», en línea con el planteo de Milei del día previo. «Vienen los fondos frescos y ese dinero va destinado a cancelar deuda con el Banco Central, entonces la deuda no varía», aseguró el Presidente, y anticipó que «se podría usar como argumento» para evitar el debate parlamentario.

Para qué usará el Gobierno los «fondos frescos» del FMI

La idea del Gobierno es tomar deuda para cancelar bonos o letras intransferibles en poder del BCRA, que suman unos u$s 20.000 millones. Así, si el nuevo financiamiento del Fondo no incrementará la deuda nominal. Por eso el equipo de Caputo cree que el acuerdo «no debería ir al Congreso», pese a la ley 27.612 impulsada en la gestión de Alberto Fernández.

Si bien el Fondo destacó la semana pasada el «enorme progreso» de la Argentina, siempre pidió que los programas fueran refrendados por el Congreso.

En medio de esta polémica en ciernes, bancos de Wall Street ya empezaron a especular con que Milei echará mano de un decreto de necesidad y urgencia para sellar el acuerdo con el FMI, con la expectativa de que la oposición no lo pueda voltear en el Congreso, como ya ocurrió con otras iniciativas.

Entre legisladores macristas creen que lo mejor es que el Congreso ratifique el acuerdo. Temen que si Milei busca evitar esa norma, la cuestión termine con denuncias en la Justicia por incumplimiento de los deberes de funcionario público y cuestiones de privilegio en el Congreso. Ya Caputo sufrió denuncias en su momento por su gestión durante el gobierno de Mauricio Macri, finalmente desechadas, que le generaron dudas sobre si volver a asumir como funcionario.

La ventaja para el oficialismo es que el DNU le evitaría el riesgo de tener que negociar con los «dialoguistas» en el Parlamento.

El anuncio más importante del acuerdo con el FMI se centraría en la postergación de los vencimientos con el organismo, lo cual le quitaría presión al mercado de deuda internacional.

El apuro por cerrar un nuevo programa con el Fondo en el primer cuatrimestre radica en la necesidad de que baje aún más el riesgo país, para poder intentar renovar los vencimientos de u$s4.300 millones de julio, con acreedores privados.

El Tesoro evitaría tener que pagar de nuevo la deuda en cash, como hizo en enero, y que eso impacte en las reservas netas del Banco Central, que ya se encuentran negativas en torno a u$s6.500 millones, según consultoras especializadas.

El equipo económico necesita mostrar capacidad para sostener la política de devaluación del tipo de cambio oficial al 1% mensual, por lo menos hasta las elecciones, de manera tal que no haya ninguna duda de que pueda haber un repunte de la inflación en los próximos meses.

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