La Argentina Bisagra: horda de ignorantes, el mejor bastión de Milei

Compartir

¿Queda alguna duda de que las mentes colonizadas son los guerreros de redes más importantes que tienen como principal bastión y paraguas protector gratuito a Javier Milei?

Por Rubén Darío Faienza

Argentina está en su peor momento. Pero no hablo de un momento económico, al que siempre asistimos rigurosamente y casi a diario, sino del momento en el que las mentes, en vez de estar ávidas de crecer, aprender, superarse, crear y salir de una realidad ya existente, son manejadas cual manada hipnotizada por célebres millonarios actores de medios de comunicación masiva. Desde sus estrados, cómodos y muy alejados de ellos, ingresan a diario en las mentes de sus receptores y han sabido introducir ese veneno llamado “dependencia de pensamiento” o “colonización” en millones de seres que, aun viviendo de una manera real e innegable, tangible y con miles de necesidades no resueltas, piensan y actúan siguiendo los designios y órdenes de su “dominante”. Incluso entregan sus vidas, sus amistades y utilizan sus redes para ser parte de la más aguerrida y combativa trinchera en una guerra a muerte, defendiendo a quien “no los conoce, no le interesan sus vidas ni miserias, no hará nada por ellos jamás”. Sin embargo, esas mentes dominadas y colonizadas son sus soldados más fieles, dispuestos a ofrendar sus vidas por su victimario, jefe o dominante, sin importar absolutamente nada de lo que quede en el camino mientras luchan por proteger a su “líder mental”.

No sé si soy claro, pero no es casual que la gran mayoría (y que quede claro que no son todos, sino la gran parte de ellos) de los pibes burros, ignorantes, que viven con sus padres o abuelos mamando de sus billeteras, sin trabajar, sin generar un solo peso por sus propios medios, y que, en líneas generales, son casi siempre semi analfabetos—no terminaron la primaria, en el mejor de los casos no concluyeron la secundaria o ni siquiera han comenzado un estudio terciario (ni hablar de la universidad)—sean el gran bastión, la columna vertebral y el universo más duro y fuerte del actual presidente de la Nación. Bajo la consigna de guerra y al grito de “¡Viva la libertad, carajo!”, enfrentan todos los días batallas dialécticas, casi nunca en vivo o cara a cara, pero sí a través de sus redes (todas las creadas y por crear), siendo el muro defensor de quien preside el país, sus políticas, sus pésimas decisiones y su gestión, que desprecia al pueblo de esta bendita y asquerosa Argentina que nos toca padecer.

Esos «soldaditos de redes» son muy guapos escribiendo desde la comodidad de sus casas, hasta que se los encuentra cara a cara (como se puede ver en la foto) y terminan «llorando como una nenita» (Diputada María Celeste Ponce, sic), corriendo como auténticos cagones.

Cuando una rasca un poco, sale la mugre.

Cada vez que tengo la oportunidad de hablar con alguno de estos pibes-soldados que responden a las cualidades recién descriptas, encuentro lo mismo: tienen muy poco o escaso conocimiento general, se nota claramente que no han leído absolutamente nada en sus vidas, muestran ignorancia supina, marginalidad dialéctica y pobreza de contenido intelectual. No trabajan, no estudian, no leen, no les interesa formarse para superarse en la vida. Exhiben una inadmisible liviandad en cada expresión y responden de manera recurrente ante cualquier pregunta con: “No sé… pero”.

—¿Pero qué? —respondo.

Y escucho por enésima vez:

—Y, qué sé yo, jajaja, no sé, Milei es distinto y hay que darle tiempo…

Ahí doy por terminada la charla, porque es hablar con un zombi descerebrado, desconectado de la realidad, desinformado; un ser que navega sus días por las aguas de la más oscura ignorancia. Tiene muchísimo protagonismo en las redes sociales, oculto detrás de una foto de algún paisaje (nunca, pero nunca, ponen sus rostros para mostrar quiénes son, porque eso los delataría; es su modus operandi, operar desde la espesura y sin exponerse), pero a la hora de los bifes, VOTA. Y así como él, millones y millones de su clase hacen lo mismo, con la misma consigna y las mismas cualidades nefastas.

Estamos viviendo una bisagra en la historia del país, una que quedará por siempre como seguramente la peor de todas. En ella, la oscuridad del desconocimiento, la desidia, la marginalidad y la estupidez de quienes no han estudiado ni leído nunca nada—ni les interesa la educación ni el saber—seguirán ganando en las urnas. Así empoderarán a quien, con la complicidad de los “vendedores mediáticos” (periodistas ensobrados, algunos con más de 150 millones de pesos por mes), desarrollará sus objetivos económicos y financieros para USAR todo el Estado (al que presuntamente odia) y amasar fortunas incalculables. Hará negocios, habilitará a sus amigos a enriquecerse infinitamente, mientras la horda de soldados colonizados e ignorantes sigue en las trincheras y va con sus documentos a sellar en las urnas un nuevo mandato de poder.

Noticias Relacionadas