Las mujeres están redefiniendo el consumo con más inversión en educación, bienestar y finanzas. En Estados Unidos, el mercado de bienes orientado a las mujeres llegó el año pasado a un volumen récord de US$394.000 millones. Por su parte, en América Latina, por ejemplo, gastan un 65% más que los hombres en productos de salud y belleza. También, son casi el 60% de las personas que compran online en la región, superando con holgura a los hombres. Todos signos de una transformación que se fue moldeando hace tiempo, pero emerge en situaciones puntuales.
Análisis. De acuerdo con diversas investigaciones globales y locales, las mujeres invierten cada vez más en educación, autocuidado y bienestar, ampliando su influencia en múltiples sectores de la economía. En el marco del Día de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, Youniversal, consultora de investigación y tendencias, analiza el impacto de la «SHEconomy», un fenómeno que redefine los hábitos de consumo de las mujeres y su creciente poder adquisitivo.
Según el último informe del TREND LAB de Youniversal, el 48% de las mujeres argentinas de entre 18 y 30 años considera que la maternidad es opcional para su futuro y aún no ha definido si quiere ser madre. Además, el 68% no cree que vaya a casarse, aunque eso no implica que no tengan pareja o convivan, sino que simplemente descartan la formalidad del matrimonio. Este cambio en la manera en que las mujeres proyectan su vida impacta directamente en sus decisiones de consumo y en la distribución de sus recursos.
Hoy en día, para muchas mujeres, la maternidad ya no es un destino predeterminado, sino una elección personal, lo que abre nuevas oportunidades de empoderamiento reflejadas en sus decisiones de compra. A medida que los ingresos aumentan (algo estrechamente vinculado a su formación educativa, que a su vez está relacionada con el desarrollo profesional), también lo hacen las posibilidades de cuestionarse sobre qué desean consumir y cómo quieren vivir. Es común ver un incremento en el gasto destinado al cuidado personal, los viajes, la educación, la moda y la tecnología, ya que las mujeres pueden dedicarse más a sí mismas.
El fenómeno “Sheconomy” refleja el aumento del consumo femenino en diversas áreas que trascienden el cuidado personal. Un informe de McKinsey sobre las tendencias de consumo en América Latina publicado en 2023, destaca que las mujeres están liderando el gasto en sectores como salud, tecnología y educación, superando incluso a los hombres en varias de estas categorías. Este cambio se debe al creciente interés de las mujeres por la auto inversión, la formación continua y el acceso a nuevas oportunidades laborales, lo que impulsa un crecimiento notable en estas áreas. La cultura y la economía están en plena mutación y dichos cambios no están exentos de tensiones. Desde el crecimiento de movimientos que promueven el regreso a roles tradicionales hasta el auge de narrativas que reivindican la independencia financiera y profesional de las mujeres, el debate sobre el rol femenino en la sociedad sigue evolucionando. A esto se suman fenómenos como el impacto de creadoras de contenido que desafían estereotipos en redes sociales o la creciente discusión sobre la equidad salarial y la representación en puestos de liderazgo, reflejando una conversación en constante cambio.
Más allá de la importancia simbólica que movimientos como el feminismo han dado al empoderamiento, lo que realmente marca la diferencia es cuando las mujeres acceden a recursos y eligen libremente cómo destinarlos. Una tendencia clave que atraviesa toda la región es que las nuevas generaciones de mujeres están cada vez más interesadas en educarse sobre finanzas y tomar decisiones económicas con mayor conocimiento.
Mujeres cada vez con mayor nivel de instrucción pero que deben seguir creciendo: representaron aproximadamente el 60% del total de estudiantes, graduados y nuevos inscriptos en los niveles de pregrado, grado y posgrado en el sistema universitario argentino. Sin embargo, hay espacio para seguir creciendo. En la región, aunque las mujeres constituyen más de la mitad de los egresados en niveles de grado, maestría y doctorado, su participación disminuye en los niveles más altos de posgrado. Por otro lado, se observa una concentración femenina en áreas como salud, educación y ciencias sociales, superando el 60% del total, mientras que, en campos como las TIC e ingenierías, su representación es del 30% o menos.
La inversión. Sin embargo, solo el 20% de los inversores en la región son mujeres, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo. Esta baja participación se atribuye, en parte, a la menor educación financiera y a la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres. Pero hay un interés creciente en la educación financiera, como lo demuestran los proyectos como «¡Amiga! Hablemos de Plata», fundado por la publicista argentina Laura Visco, que buscan normalizar las conversaciones sobre dinero entre mujeres y fomentar su independencia financiera. O proyectos como «Mujer Financiera» de Sabrina Castelli, que busca educar a las mujeres sobre la economía y las inversiones en la vida cotidiana. Herramientas para decidir cada vez mejor.
Finalmente, de acuerdo con otro estudio del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), solo el 10% de las mujeres en la región logra ahorrar, en comparación con el 16% de los hombres. Esta diferencia se atribuye, en parte, a la menor educación financiera y a la brecha de ingresos entre hombres y mujeres. Es crucial, entonces, continuar desarrollando programas inclusivos y equitativos que promuevan su participación y reduzcan las brechas existentes en este ámbito. Buenas intenciones que deberán confrontarse con los números, que en esto mandan.
*Ximena Díaz Alarcón es CEO y Cofundadora de Youniversal, consultora de investigación y tendencias.
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por Ximena Díaz Alarcón