Joaquín Sabina inició su despedida en el Movistar Arena: su amor por Buenos Aires y la confesión que sorprendió a todos

Compartir

Recital de Joaquín Sabina. Gira: Hola y adiós. Músicos: Joaquín Sabina en voz y guitarra, Antonio García de Diego en guitarras, teclados y armónica; Jaime Asúa Abasolo y Montenegro Borja en guitarras, Josemi Sagaste en saxo y percusión; Pedro Barceló en batería, Laura Gómez Palma en bajo y Mara Barros en voz y coros. Nuestra opinión: muy bueno.

Como los chicos que terminan el colegio secundario, Joaquín Sabina tuvo esta noche en el Movistar Arena su UPD, su último primer día. Recién ha transcurrido la primera de las diez noches previstas en un escenario porteño, pero la emotividad que se vivió durante las dos horas de concierto fue digna de una última función.

Joaquín Sabina y una muy buena noche en el Movistar ArenaRodrigo Nespolo

Después de 76 años, mil batallas y cientos de canciones, este cantor y narrador de historias ciertas y de las otras decidió bajar la persiana. Como antes lo hicieron José Luis Perales y Joan Manuel Serrat, ahora le tocó a él. Por ahí dicen que es el fin de una época y habrá que creerles, al fin de cuentas nadie puede contradecir al almanaque. Y para nombre de gira final, el simple Hola y chau. Par qué andar con vueltas.

Antes de Sabina hizo los honores Iván Noble. Un Movistar Arena abarrotado media hora antes del número principal disfrutó de las canciones de este Caballero de la Quema, especialmente del par final que muchos cantaron como si se tratara del artista principal. Y no fue para menos, se trató de dos clásicos como “Sapo de otro pozo” y “Avanti morocha”. Así las cosas, la mesa estaba servida para una bebida más potente.

El videoclip de «Un último vals» antecedió la salida de Joaquín Sabina al escenarioRodrigo Nespolo

El videoclip de “Un último vals”, la canción con la que este hijo de Andalucía optó por despedirse y en la que aparecen, entre tantos otros, Andrés Calamaro, Joan Manuel Serrat, Jorge Drexler y Ricardo Darín, marcó el comienzo del concierto. Es decir, desde el vamos, o desde antes, incluso, el clima de nostalgia se apoderó del recinto y de todos aquellos que lo colmaban. Pero si la nostalgia puede ser peligrosa para el transcurrir de un show que no debe olvidarse de su propósito de base, en esta noche de lunes ofició más bien de “jugador número 12″, parafraseando a la hinchada de su querido Boca Juniors.

“Lágrimas de mármol” fue la primera de las más de veinte canciones que sonaron en la noche. Acompañado por un septeto que sonó ajustado en cada uno de los pasajes y que supo cómo arropar y acompañar su voz cascada, Sabina cantó toda la velada sentado (en dos sitios distintos del escenario) y procedió en tres ocasiones a retirarse, tomarse una pausa para descansar y cambiar su vestuario.

«Es una segunda casa para mí y muchas veces es la primera», comentó Sabina sobre Buenos AiresRodrigo Nespolo

“Estaba en el camerino pensando qué iba a decir en este momento y lo primero que quiero decir es que mi relación con esta ciudad es muy larga, de amor verdadero. Es una segunda casa para mí y muchas veces es la primera. Mis amigos de Madrid saben que siempre digo que si alguna vez me pierdo que vengan a buscarme a Buenos Aires”, comentó el cantautor en el tono de repaso que mantendría el resto de la noche. Pero no terminó ahí: “La primera vez que vine fue en los 80, en La Casona del Conde de Palermo. Vine a dar una conferencia de prensa. Después canté en el Ópera; después en el Gran Rex; después en el Luna Park. Dos veces en la Bombonera de mi corazón y hoy en el Movistar. Buenos Aires ha sido siempre un enorme foco cultural: el Martín Fierro, Borges, Cortázar y mi queridísimo Juan Gelman. Y la canción. Gardel, Yupanqui, Discépolo, el Polaco (Goyeneche)… Mercedes Sosa me pidió canciones y se las di. He sido amigo de Charly (García), de Fito (Páez), de (Andrés) Calamaro”. Y por último, antes de arremeter con la segunda canción, envió un “abrazo de corazón a toda la gente que ha sufrido daños en las inundaciones de Bahía Blanca”.

Más de veinte clásicos de sus distintas etapas entonó Joaquín Sabina este lunesRodrigo Nespolo

“Lo niego todo/ Aquellos polvos y estos lodos/ Lo niego todo/ Incluso la verdad”, canta Sabina junto con su público, que vivirá casi todo el concierto de pie, entonando las estrofas más memorables, festejando las ocurrencias del español y hasta tratando de esconder alguna que otra lágrima que se cae sin pedir permiso. A “Lo niego todo” le siguen “Ahora que…”, con sus aires santanescos, la bella “Calle melancolía” y los hitazos “19 días y 500 noches” y “Quién me ha robado el mes de abril”.

Tras ese comienzo arrasador, a puro recuerdo (están los colectivos y los individuales, aquellos que cada uno tiene guardados de un momento particular de sus vidas), Sabina se toma unos segundos para soltar un elogio del tamaño del estadio. “Si vendieran voces y estilos en una tienda, yo pagaría cualquier cosa por comprarme la voz y el estilo de alguien que anda por ahí, de Sergio Dalma”. Los aplausos coronan sus palabras. Antes de seguir con “Más de cien mentiras” y antes de presentar a la banda, le dedica el tema a “Silvia y a Lalo”, los padres de su bajista, la única porteña del grupo.

El Movistar Arena se rindió a los encantos de Joaquín SabinaRodrigo Nespolo

Están las inevitables pero también están aquellas canciones que le permiten matizar, provocar otros estados de ánimo. Subir para volver a bajar. Y también descansar. Deja “Camas vacías” y “Pacto entre caballeros” en las voces de Mara Barros y Jaime Asúa Abasolo, respectivamente, y regresa para entonar prácticamente sin pausa “Donde habita el olvido”, “Peces de ciudad” y “Una canción para la Magdalena”.

Como de recordar, repasar y cerrar nada menos que una fructífera vida artística se tratan, Sabina se toma tiempo para dejar que los nombres que le vinieron a la memoria el día que le sacó punta a su última lista de canciones, también sean protagonistas de la velada. “La noche en Madrid que conocí a Chavela Vargas fuimos a tomar una copa y me dijo que vivía en el bulevar de los sueños rotos. Pensé que me estaba regalando el comienzo de una canción, así que saqué mi block y empecé a escribir. Seguí escribiendo y me di el gusto de estrenarla cantándosela a Chavela”, repasa el poeta, con la imagen de la mexicana en las pantallas y antes de regalarnos el tema a nosotros.

Joaquín Sabina protagonizará nueve noches más en el Movistar ArenaRodrigo Nespolo

Una copla clásica, “Y sin embargo te quiero”, nuevamente interpretada por Mara Barros, sirve para otro respiro. Uno muy necesario antes de despacharse con “Noches de boda”, más “Y nos dieron las 10″. Luego, el saludo de la banda toda para una primera despedida, un nuevo cambio de vestimenta y la tríada final: “Con la frente marchita”, “Contigo” y “Princesa”.

Le esperan nueve despedidas más del público porteño en el Movistar Arena, la próxima este miércoles y la última el 18 de abril (la única función para la cual aun quedan entradas). Pero no habrá ninguna tan embriagadora como esta, la de su UPD en la ciudad porteña de su segundo querer.

Conforme a los criterios de

Noticias Relacionadas