El clásico rosarino entre Central y Newell’s tuvo uno de los capítulos más significativos de su historia hace 50 años exactos. En que los dos hijos dilectos de la ciudad tuvieron que enfrentarse en un partido eliminatorio para ver quien seguía en la Copa Libertadores 1975.
En esta edición del torneo más prestigioso de América a nivel de clubes, canallas y leprosos compartieron el mismo grupo con los paraguayos Olimpia y Cerro Porteño.
En la fase de grupo los dos clásicos habían finalizado 1 a 1. El primero se jugó en Arroyito el 28 de febrero de 1975, y los goles los hicieron Gabriel Arias, de penal para los auriazules; y Arsenio Ribeca para los rojinegros.
Mientras que el segundo se jugó en el parque de la independencia y llegaron a la red Miguel Angel Giachello para los locales y Roberto Cabral para la visita.
La reglamentación de la época decía que clasificaba a la etapa semifinal el primero de cada grupo. Y como Central y Newell’s finalizaron con los mismos puntos tuvieron que ir a un desempate que se jugó en Arroyito (cancha neutral), y los canallas se impusieron 1 a 0 con gol de Mario Kempes.
De esta forma, Central eliminó a Newell’s de la primera Copa Libertadores que jugaron los rojinegros, un hecho que se iba a repetir 30 años después cuando los canallas dejaron en el camino a los rojinegros cuando estos disputaron por primera vez la Copa Sudamericana en 2005.
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Comentario de La Capital del triunfo de Central ante Newell’s
La edición de La Capital del 12 de abril de 1975 tituló: “Rosario Central es semifinalista”. Y en la bajada publicó: “Batió a Newell’s en el cotejo desempate. Este fue el comentario textual del partido.
Rosario Central derrotó anoche a Newell’s Old Boys por un gol a cero en el cotejo definitorio del grupo uno de la Copa Libertadores de América y de esa manera logró el derecho de participar por primera vez en la ronda semifinal de la competencia continental.
La ajustada diferencia que destacó el marcador final se observó también en el campo de juego ya que el conjunto vencedor solo justificó se conquista después del tanto convertido por Mario Kempes.
Newell’s Old Boys intentó recién buscar la igualdad, pero careció de la reserva física necesaria y además tuvo frente a sí a una defensa serena y compacta que no ofreció ventajas.
Primer Tiempo
Los primeros 45 minutos de este clásico que reunió la mayor expectativa de su historia, fueron jugados a un ritmo tan intenso que hizo temer por el caudal posterior de energías de sus protagonistas. Los 15 minutos iniciales ya marcaron las tendencias de ambas escuadras en cuanto a la celosa custodia de sus elementos bases.
Así, era evidente que Daniel Killer seguía los pasos de Giachello; Aimar los de Zanabria y por el otro sector, Capurro no perdiendo pisada a las evoluciones de Cabral, que buscaba siempre la diagonal, mientras Rebbotaro encimó a Kempes.
Las vallas comenzaron a soportar apremios a los 2 minutos, originándose la primera situación de riesgo para Carrasco ante un corner servido por Kempes, invalidando la acción un evidente foul de Daniel Killer.
Posteriormente al protestar Zanabria por un foul del defensor auriazul, el juez uruguayo le mostró tarjeta amarilla y sobre los 9 minutos rondó el peligro sobre el área de Newell’s cuando resueltamente Mario Killer alargó a Cabral y cuando éste buscaba el ángulo para el remate, llegó justo Ortiz para anticiparse y ceder a su arquero.
Luego fue Danguise el que obligó a Pascuttini a ceder corner. Ejecutado por Zanabria, no pareció estar acertado Biasutto en su salida, pero el cabezazo de Valdano resultó desviado.
Segundo Tiempo
Con una intensidad que pareció un calco de la etapa inicial, volvieron los equipos a la cancha sin ofrecer variantes en su alineación. Pese a que se mantenía la severidad en las marcas, se advertían algunas filtraciones, como por ejemplo la de Zavagno, cuando a los 3 minutos y sin rivales a la vista, tras un centro de Cabral, cabeceó deficientemente cuando era más fácil convertir que malograr.
Hubo un claro penal no sancionado por el árbitro que se mostró bastante desacertado en sus fallos dejando jugar más de la cuenta.
Sobre los 13 minutos cometió violenta falta Mario Killer contra Danguise. Ejecutó el tiro libre Zanabria y Giachello no pudo sacar provecho al disparar deficientemente.
Luego fue Kempes, que escapando permanentemente a la marca de Rebbotaro, tocó rápido para Cabral, no llegando a tiempo el centrodelantero cuando se advertía una brecha entre los dos zagueros centrales del equipo rival. Puede mencionarse como situación de riesgo para Biasutto un tiro libre que ejecutó Pavoni ligeramente desviado y a los 22 minutos se registra la mayor emoción cuando Rosario Central consigue ponerse en ventaja.
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Cabral, sobre la izquierda, hizo llegar la pelota al área por elevación, justo para la entrada de Kempes, que con toque suave se anticipó al desesperado esfuerzo de Carrasco. De allí en más buscó Newell’s Old Boys la paridad necesaria para seguir alentando esperanzas, pero no encontró resquicios ante una defensa que se multiplicaba y no medía los esfuerzos.
A los 26 minutos exigió Picerni a Biasutto que elevó al corner. Luego fue Giachello, sobre la derecha, quién en precisa maniobra remató con fuerza dentro del área y Biasutto controló bastante exigido.
En los 10 minutos finales jugó su última carta Juan Carlos Montes al ordenar el ingreso de Ribeca y Berta por Picerni y Gallego respectivamente. Y en el bando contrario para aquietar el balón y reforzar la defensa, Mancinelli suplantó a Bóveda.
A los 41 minutos y como demostración de que Central no se daba por conforme con ese gol, hubo un cabezazo de Zavagno que dio en el poste y dentro de un final emotivo donde Rosario Central mostró esa serenidad que le es característica en los momentos decisivos, justificó esa apretada diferencia en el marcador, que lo fue también en el campo de juego.
La “pera” de un árbitro y la luz volvió por arte de magia
Un serio problema se planteó cuando sólo faltaba una hora para empezar el cotejo de anoche. El árbitro paraguayo incluido en la terna de jueces no había podido viajar a nuestra ciudad y ante ello se convocó a seis árbitros de la Asociación Rosarina, para sortear entre ellos a uno, a fin de desempeñarse como segundo juez de línea. Resultó electo Atilio Moyano, aunque previamente Newell´s ya había decidido jugar bajo protesto, pues esta última designación violaba la reglamentación de la Copa Libertadores de América.
Una coincidencia muy curiosa. El bajo volumen lumínico con que se jugaba el partido por un desperfecto en la línea de alimentación, desapareció simultáneamente con el momento en que Kempes abrió el score.
Corrían diez minutos de la etapa final, cuando un violento disparo de Cabral dio de lleno en el cuerpo de Capurro quién cayó pesadamente dentro de su área. El juego siguió algunos segundos más y al interrumpirse, Cabral corrió a auxiliar al futbolista accidentado.
Síntesis del partido
Central 1 – Newell’s 0
Central: Carlos Biasutto; José Jorge González, Aurelio Pascuttini, Daniel Killer y Mario Killer; Carlos Aimar, Eduardo Solari y Hugo Zavagno; Ramón Bóveda (83′ Víctor Manccinelli), Roberto Cabral y Mario Kempes.
Arquero Suplente: Ricardo Ferrero / DT: Carlos Griguol
Newell’s: Alberto Carrasco, Andrés Rebottaro, José Luis Pavoni, Armando Capurro y Jorge Ortiz, Carlos Picerni (80′ Arsenio Ribeca), Américo Gallego (80′ José Berta) y Mario Zanabria, Jorge Valdano, Miguel Giachello y José Danguise.
Arquero suplente: Omar Bargas. DT: Juan Carlos Montes
Gol: 67’ Mario Kempes (RC)
Cancha: Rosario Central / Arbitro: José Martínez Bazán (Uruguay)