Habrá que seguir creyendo. Qué duda cabe. Si las matemáticas le dan a Newell’s la chance de clasificar. Por qué no seguir esperanzado si la victoria sobre Huracán, esa que tanto necesitaba para seguir con posibilidades, lo dejó a 2 puntos de Estudiantes, el último que está ingresando a la fase final y al que intentará superar en la última fecha. Que se jugará ya mismo, el viernes, contando los conducidos por el Ogro Fabbiani con pocos días de descanso. Un despropósito de programación que claramente lo perjudica. Pero que no tiene sentido ponerse a pensar en estas horas en las que el hincha rojinegro recuperó la sonrisa.
Newell’s está vivo. Ilusionado. En carrera para clasificar a la fase final del torneo Apertura. Objetivo difícil, es cierto. Ahora, si hasta dos meses y medio atrás, se encontraba hundido en la tabla, preocupado por el descenso, mirando la parte baja de la tabla anual, pensando en un final fatídico. ¿Por qué no soñar con jugar los octavos de final, si con los mismos futbolistas de tan mal comienzo, el Ogro Fabbiani apuntaló al equipo, acumula una racha de ocho partidos sin derrotas en la liga y tiene la clasificación al alcance?
Está ahí, a un paso. La Lepra alcanzó la línea de Defensa y Justicia, aunque se queda con la 9ª posición por tener mejor diferencia de gol: -2 contra -3. Y está a 2 puntos de Estudiantes, 8º y último que clasifica.
Newell’s y una definición de a tres
La definición es cuestión de tres. A Newell’s no le quedará otra alternativa que ganar, ante Racing en el Cilindro para tener la expectativa de clasificar. Dependerá de que Estudiantes pierda en su visita a Argentinos, porque si empata será difícil que lo supere por la diferencia de gol, considerando que el Pincha tiene hoy +3. Y además, que si Defensa derrota a Independiente Rivadavia, termine con una diferencia de gol menor con la que culmine el conjunto rojinegro.
Esta remontada fantástica, que lo puede dejar en la fase final, le agrega la posibilidad de un cruce con Central en octavos de final. Pero números y especulaciones al margen, es un mérito enorme que Newell’s haya llegado a esta instancia pensando que es posible jugar con los 16 mejores equipos del torneo.
Para sus hinchas, que últimamente se fueron resignando ante tantas frustraciones, es un instante para disfrutar, para imaginar un futuro distinto.
Newell’s, con esfuerzo
El responsable es Fabbiani y sus futbolistas, que con esfuerzo y construyendo poco a poco un conjunto combativo, que consciente de sus limitaciones buscó primero que no lo vulneren y luego sacar el máximo rédito de las ocasiones que se presentan. Exactamente así fue que derrotó al Globo de Frank Kudelka.
A la Lepra le tocó cerrar la jornada el martes en la tarde-noche contra Huracán, tercero de la zona A, sabiendo que la victoria era el único resultado que le servía. Jugó a lo que acostumbra, a no regalarse, a darle prioridad a agruparse en su campo y a ser directo en ataque. El plan fue claro. El funcionamiento, no todo lo sólido y consistente que se pretende. Especialmente en el aspecto ofensivo. Porque faltó sorpresa, resolución y aceleración.
Cuando lo consiguió, cuando conectó entre sus futbolistas, abrió el marcador a partir de un zurdazo del juvenil Valentino Acuña, para su primer gol en primera. El pibe que metió minutos antes Fabbiani por la lesión de Silvetti, quien probablemente jugó su último partido en el Coloso porque está vendido.
Fabbiani y su pragmatismo
La inclusión de Acuña fue otra muestra del pragmatismo del entrenador. No cambió un extremo por otro sino que alteró el sistema táctico 4-2-3-1 por el 4-4-2. El destino quiso darle la razón al entrenador, con el mediocampista juvenil siendo protagonista nada menos que del gol que destrabó un partido peleado y con nada de brillo.
Fabbiani entiende que Newell’s tiene que jugar así, sin regalar nada, aunque la oportunidad de clasificar dependía de ganar y en consecuencia se piense que sea imprescindible mayor vocación ofensiva. El resultado, éste y los anteriores, le dan un guiño.
Newell’s jugará por algo la última fecha, nada menos que por la clasificación. Más allá de conseguirlo o no, merece valorarse este esfuerzo por conseguirlo.