Un disco duro hallado en 2016 en una propiedad de Christian Brueckner, sospechoso principal en la desaparición de Madeleine McCann, contiene miles de archivos con imágenes perturbadoras de abuso infantil y fantasías de secuestro.
El material, encontrado en una fábrica abandonada en Alemania, refuerza la hipótesis de los investigadores de que Madeleine, desaparecida en Portugal en 2007, está muerta.
Además del material digital, se hallaron objetos inquietantes como trajes de baño infantiles, juguetes, armas y sustancias químicas.
Fotografías y rastreos de GPS vinculan a Brueckner con zonas cercanas a la última ubicación conocida de la niña.
Aunque la fiscalía alemana afirma tener pruebas concluyentes, aún no se han presentado cargos formales. El sospechoso niega cualquier implicación desde prisión, donde cumple condena por una violación. A pesar de la inversión millonaria en la investigación, los avances han sido limitados, y los padres de Madeleine siguen sin respuestas definitivas, mientras las autoridades continúan trabajando en el caso.