En medio del juicio más mediático de los últimos años, la jueza Julieta Makintachfue apartada del caso por la muerte de Diego Armando Maradona. Pero su nombre volvió a resonar por otro motivo: acumulaba más de $3 millones en multas de tránsito sin pagar.
Según registros oficiales, Makintach debía $2,1 millones por sanciones en la provincia de Buenos Aires y otros $880 mil en la Ciudad. Las infracciones, en su mayoría por exceso de velocidad, estaban asociadas a una Ford EcoSport blanca.
Un historial de infracciones que nunca se resolvió
Durante los últimos tres años, la jueza registró al menos 18 multas impagas en ambos distritos. Las sanciones estaban vigentes y muchas ya habían vencido, lo que evidenciaba una reiterada conducta infractora.
En territorio bonaerense, acumula ocho faltas que datan desde 2022 hasta mayo de 2025. Cada una oscila entre los $212.000 y los $425.000. Ninguna figura pagada.
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En la Ciudad de Buenos Aires, suma diez infracciones más. Nueve por circular a velocidades no permitidas y una por usar el celular al volante. Cada multa cuesta alrededor de $109.743, totalizando una deuda cercana a los $880 mil.
Todo está vinculado a un dominio registrado a nombre de Makintach. Ninguna de las multas había sido saldada, ni existían registros de pedidos de descargo. La jueza, obligada a respetar la ley por su rol institucional, ignoró incluso las normas más básicas de tránsito.
Juicio anulado y vuelta a empezar
El escándalo por las multas estalla en la misma semana en que Makintach fue recusada del juicio por la muerte de Maradona. Su participación en un documental sobre el caso encendió las alarmas y forzó su salida.
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El Tribunal Oral Criminal N.º 3 de San Isidro anuló el juicio tras la recusación. Los otros dos jueces, Maximiliano Savarino y Verónica Di Tomasso, decidieron excusarse, lo que obligó a iniciar un nuevo sorteo de magistrados.
Savarino apuntó directamente contra Makintach: “La única responsable de esta situación es la jueza recusada”. Señaló que ya se habían escuchado a 40 testigos y a una imputada, pero que la imparcialidad estaba comprometida.
Di Tomasso, por su parte, citó al propio Maradona: “La Justicia no se mancha”, dando por cerrada su participación en la causa.
Ahora, el proceso deberá retroceder hasta la audiencia 338. Todos los testimonios y pruebas obtenidos hasta el momento quedaron invalidados. Incluso las declaraciones más sensibles —como las referidas a la autopsia, su salud mental, y el entorno que rodeaba a Maradona— deberán repetirse desde cero.
El juicio que debía buscar justicia para una de las figuras más emblemáticas del país, terminó envuelto en un nuevo capítulo de irregularidades. Y con una jueza que, más allá de su rol en la causa, mostró un historial personal que también viola la ley.