Con un reclamo de «urgente» convocatoria a paritarias y la aprobación de la ley de financiamiento, los docentes y no docentes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) iniciaron este miércoles una jornada de paro de 48 horas en el marco de un plan de lucha que, estiman, se seguirá profundizando. La situación salarial de los docentes de las universidades públicas es la arista más sensible de la crisis que atraviesa todo el sistema científico tecnológico nacional. Según advierte el secretario general de la Coad, Federico Gayoso, la falta de actualización salarial está provocando que muchos profesionales desistan de la tarea docente. «Ya estamos viendo un éxodo de las facultades», dice.
La grilla salarial de los profesores universitarios deja a gran parte de la docencia por debajo de la canasta básica total que marca la línea de pobreza, que en abril el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) valuó en los $1.110.063. Un profesor titular con categoría exclusiva _el máximo cargo al que se puede acceder en la carrera_ cobró $ 1.593.155,98, sin antigüedad. Y con diez años de antigüedad apenas recibió unos 400 mil pesos más. En la otra punta de la escala, un auxiliar de segunda categoría, recibe al mes $ 178.334.
«El momento que atraviesa el sistema universitario y el sistema científico tecnológico del país es terrible. Hay una disminución del presupuesto que es palpable en cada área de la UNR y la más sensible son los salarios de docentes y no docentes«, resume Gayoso y considera que actualmente «a quienes trabajan jornada completa se les hace muy difícil vivir de lo que cobran».
En las facultades, los testimonios de quienes están frente a las clases hablan por sí solos. «Claramente ya no sé quien puede vivir dedicándose exclusivamente a la docente«, dice una profesora de arquitectura con un cargo de Jefa de Trabajos Prácticos de dedicación simple que no llegó a cobrar este mes $ 300 mil, con siete años de antigüedad.
La profesional está cursando una maestría en arquitectura del paisaje, participa de proyectos de extensión y colabora con proyectos de investigación. Da clases dos días a la semana, desde las 14 a las 18, y como está a cargo de una materia proyectual, pasa muchas más horas corrigiendo los trabajos de los estudiantes, atendiendo a consultas y a algunas clases teóricas.
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Un profesor de Psicología que recién se inicia en la docencia cobró $264 mil pesos este mes. Tiene el título de psicólogo y de profesor universitario y un cargo de Jefe de Trabajo Prácticos con dedicación simple que le demanda una dedicación semanal de 10 horas. Mucho menos de lo que demandan clases, horarios de consulta, planificación y corrección de tareas o reuniones de cátedra.
Hay más. Una profesora de Comunicación Social, con un doctorado completo, que ingresó a la docencia hace 23 años y desde 2016 tiene un cargo de dedicación exclusiva, lo que supone 40 horas de dedicación semanal a la universidad, recibe unos $ 1.800.000 por mes. Además de las clases frente a alumnos, dirige un proyecto de investigación en el que tiene a cargo la formación de auxiliares de investigación, acompaña a tesistas de grado y posgrado, edita una revista académica, integra el comité académico de un centro de investigaciones e integra la comisión asesora del doctorado de comunicación.
«La vida académica demanda realizar investigaciones, publicarlas y presentarlas en congresos. No hay ningún financiamiento para eso. Es decir, el docente paga la inscripción a los congresos, los viajes. Todo con el mismo sueldo», explica.
Una profesora de la facultad de Ciencias Médicas con un cargo de dedicación semi exclusiva y 34 años de antigüedad, con varias especializaciones, participación en congresos y publicaciones internacionales, apenas llega a cobrar 1 millón de pesos. «La mayoría de los docentes estamos por debajo de la línea de pobreza», señala y recuerda no sólo el compromiso que demanda la actividad docente, sino también la exigencia de formación permanente.
Concursos desiertos
«Actualmente un docente que recién se inicia con una carga de 8 horas de trabajo diarias cobra apenas un salario básico de $ 743.000. Sumando el concepto de garantía salarial, obtenido después de las marchas del año pasado, apenas llega al millón de pesos», explica el secretario general de Coad.
Las consecuencias, dice, son patentes. «Estamos muy lejos de llegar a fin de mes, tenemos una obra social llevada prácticamente a la quiebra por la diferencia entre los aportes salariales y los costos de la medicina. Y también impacta en las jubilaciones«, describe.
La situación golpea de lleno en las rutinas de la vida académica. Varias facultades ya se encuentran en problemas para conseguir profesores. «Se está produciendo un éxodo docente. Hay concursos que quedan desiertos, se abren las convocatorias y no hay quienes se anoten. Los profesionales ya ven como imposible subsistir con un salario docente, antes sabían que tenían posibilidades de ganar mejor en el sector privado, pero apostaban a la universidad pública. Hoy ya no lo pueden hacer más y se producen vacíos importantes en las cátedras«, asegura Gayoso y remata diciendo que «estamos asistiendo a un verdadero vaciamiento del sistema universitario».
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La medida de fuerza de los docentes y no docentes de la UNR se extenderá hasta el jueves, en medio de un conflicto que amenaza profundizarse. «Necesitamos con urgencia que legisladores y legisladoras traten la ley de financiamiento universitario», señala Gayoso. El proyecto se presentó a fin de mayo pasado y aún no tuvo quórum para su tratamiento.
Durante la semana próxima, la comunidad universitaria saldrá a juntar firmas de aval a la iniciativa no sólo en las facultades, sino también en diferentes espacios públicos de la ciudad, como parte de una serie de actividades de visibilización del conflicto. Y en la semana del 23 de junio está previsto otro paro de 48 horas, además de convocatorias a marchas en todas las ciudades del país.