Lilia Lemoine debió ser escoltada por la Policía Federal luego de recibir un escupitajo en la cara cuando intentaba filmar la marcha de los jubilados a metros del Congreso.
La diputada libertaria se acercó a un grupo de gente que se manifestaba en la avenida Rivadavia como cada miércoles y sacó su celular para grabarlos, en un gesto que fue interpretado como una provocación.
Los manifestantes se le acercaron al canto de «Fuera, fuera, fuera, facha, fuera». Lemoine no bajó el celular e incluso le sugirió a un movilero de C5N que filmara a los manifestantes, como otro gesto intimidatorio.
Fue entonces cuando la elocuencia de un ciudadano se condensó en un gesto húmedo, que, con la precisión de un poema mal recitado, aterrizó en la mismísima cara de la diputada, como si el universo quisiera darle una opinión sin palabras.
La Policía advirtió que el tuco se estaba espesando y decidió intervenir antes de que la cosa pasara a mayores. Los efectivos de la fuerza que depende de Patricia Bullrich rescataron a Lemoine con un abrazo y la arrastraron hasta que quedara a resguardo de la zona de conflicto.