En diálogo con Canal E, Fernando Savore alertó sobre la crítica situación del consumo en los comercios de cercanía y el endeudamiento creciente de las familias. “El dinero en el bolsillo del trabajador se acaba mucho más rápido”, señaló el entrevistado al comenzar su diagnóstico sobre el consumo.
Si bien destacó que los precios de los alimentos se han mantenido estables en los últimos dos meses, advirtió que “subió el colectivo, la luz, el gas… Son gastos inevitables”. Para las familias, cumplir con esos servicios implica recortar directamente en la comida.
Compras chicas, frecuentes y con tarjeta de crédito
El ticket promedio en los almacenes oscila hoy “entre 10.000 y 25.000 pesos”, pero lo más llamativo es el cambio de hábito en las compras. “Vienen a comprar lo puntual: el fideo y el puré de tomate, nada más”, explicó Savore, y detalló que, aunque la facturación mensual no varía, se ha incrementado entre un 20% y 30% la cantidad de tickets, lo que muestra que las compras se fragmentan.
A esto se suma una tendencia preocupante: “Se ve mucho la presencia de las tarjetas de crédito”. Para Savore, esto muestra que las familias ya no llegan a fin de mes y empiezan a financiar productos básicos. “El cliente viene y te pregunta si puede pagar con tarjeta. Y sí, señora, no hay problema”, relató. Sin embargo, advirtió que eso puede transformarse en una trampa peligrosa: “Se convierte en una bola de nieve”.
Stock al mínimo y productos que se convierten en lujo
Ni los comerciantes ni los consumidores se están estoqueando. “A mí no me sirve de nada estoquearme. Todo tiene fecha de vencimiento y encima puede bajar el precio”, sostuvo el vicepresidente de la Federación. Esta situación, explicó, se debe también a las bonificaciones que las empresas aplican para mover el producto: “No porque son buenos, sino porque no venden”.
El consumo de algunos productos básicos también se ha retraído drásticamente. “Hoy un sachet de leche cuesta 1.500 pesos. Si tenés dos hijos, son 3.000 por día, 90.000 al mes. Eso en un salario de 500.000 es mucho”, graficó. En ese contexto, los postres y golosinas para los chicos “ya no se venden más”.
Precios estables, consumo estancado
Si bien el panorama inflacionario dio una tregua, esto no se traduce en una recuperación del consumo. “Hay precios que tentarían a cualquier consumidor, pero la gente compra lo justo y nada más”, afirmó Savore. Esta cautela del consumidor refleja una realidad más profunda: la pérdida del poder adquisitivo que no se compensa con la estabilidad de precios.
Perspectivas: meseta de precios y alerta por endeudamiento
Savore comparó el momento actual con el último trimestre del año pasado: “Tuvimos una meseta similar, pero ahora el bolsillo está más vacío”, remarcó. Además, apuntó que el uso extendido de tarjetas podría empujar a un problema estructural: “Nos preocupa que las familias empiecen a endeudarse… los argentinos vamos a estar todos endeudados”.
El comercio de cercanía también siente el impacto. “Somos un espejo del cliente: si no tiene poder adquisitivo, mi venta no va a ser buena”, sostuvo. Con márgenes pequeños y costos en alza, el comerciante termina priorizando los gastos básicos. “A veces salimos empatados… es parte del juego en este país”, concluyó.