El impactante cambio de vida de Kate Middleton tras superar el cáncer

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Soplan aires de cambio en la monarquía británica. Kate Middleton quiere vivir de otra manera tras el reto que han supuesto los últimos años, en los que tuvo que enfrentarse a un cáncer que le partió la vida en dos. Y con ella, su marido, el Príncipe William y sus tres hijos.

El primer paso es mudarse de casa y dejan Adelaide Cottage, la mansión en los terrenos de Windsor en la que se instalaron en 2022 para estar cerca de la reina Isabel. Pero no se van lejos, ya que a unos seis kilómetros se encuentra su nuevo hogar: Forest Lodge, una mansión de estilo georgiano de tres pisos que data de 1770.

Kate y Guillermo planean instalarse en Navidad con sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, y quieren que siga siendo su residencia cuando Guillermo ascienda al trono. El cambio es sustancial. Adelaide Cottage tiene cuatro habitaciones y Forest Lodge ocho.

No es un castillo, ni una residencia real, como Clarence House, donde viven actualmente Carlos y Camila. La pareja se instalará allí tras llevar a cabo unas renovaciones que pagarán de su bolsillo, a diferencia de las polémicas renovaciones de Harry y Meghan en Frogmore Cottage, donde nunca llegaron a vivir tras dichas renovaciones que salieron de los impuestos de los británicos.

CUÁL VA A SER LA NUEVA RESIDENCIA REAL DE KATE MIDDLETON Y GUILLERMO:

Y por supuesto nada que ver con Royal Lodge, la residencia real donde viven el príncipe Andrés y Sarah Ferguson, que también está en los terrenos de Windsor y que cuenta con 31 habitaciones. Igual que hasta ahora, Kate y Guillermo no tendrán personal de servicio residente.

Forest Lodge se encuentra a unos diez minutos en coche de Lambrook, la escuela a la que acuden los tres hijos de los príncipes, por lo que el cambio en ese sentido será casi imperceptible para los niños.

Kate quiere que sus hijos sigan creciendo rodeados de naturaleza y lejos de Londres. Pero para que el sueño de Kate sea posible, dos familias que vivían cerca han tenido que ser desalojadas de sus casas por motivos de seguridad.

Así deja Kate atrás tres años difícilísimos, marcados por la muerte de la Reina, el cáncer que le diagnosticaron a ella –y que está en remisión, tal y como anunció en enero– y el que sufre Carlos III. Al cerrar las puertas de Adelaide Cottage cerrarán también una etapa llena de recuerdos difíciles y duros.

Kate ha cambiado su perspectiva de vida a raíz de la enfermedad. Valora más que nunca el tiempo con sus hijos y quiere disfrutar de la naturaleza y llevar a partir de ahora un estilo de vida más sencillo y alejado de la pompa en la que han vivido hasta ahora.

Todo apunta a que a partir de ahora Kate reducirá mucho sus actos institucionales y que su agenda no tendrá nada que ver con la de hace tres años. Entonces tenía actos a diario, muchas veces varios en el mismo día, lo que la convirtió en la principal baza de la Familia Real.

Tras estos años de desafíos, Kate ha decidido poner límites claros a su vida pública. Aunque seguirá cumpliendo con algunas obligaciones oficiales, su prioridad será su bienestar y el de su familia. La princesa busca equilibrar la rutina institucional con momentos de intimidad y tranquilidad en el campo.

Pero todo ha cambiado. Su salud está por encima de todo y el tiempo es un valor que quiere administrar con cautela, especialmente el que pueda dedicar a sus hijos. Kate y Guillermo quieren ser esos padres que llevan a sus hijos todos los días al colegio.

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