El atacante, abatido pocos minutos después de que se inició el ataque, fue un sargento de los Marines que sirvió en Irak
29 de septiembre 2025 · 22:21hs
Al menos cuatro personas murieron y ocho resultaron heridas cuando un hombre identificado como Thomas Jacob Sanford, de 40 años, chocó su camioneta contra una iglesia mormona en la ciudad estadounidense Grand Blanc Township, del Estado de Michigan, y posteriormente disparó contra los fieles y prendió fuego al templo.
El FBI lidera la investigación del incidente, que calificó como un “acto de violencia selectiva”, y desplegó a unos cien agentes federales en la comunidad de unas 40.000 personas.
El jefe del Departamento de Policía de Grand Blanc, William Renye, indicó que los agentes llegaron al lugar en apenas 30 segundos tras la llamada al 911 y, tras un intercambio de disparos, abatieron al atacante unos ocho minutos después del inicio del asalto.
Sanford, exsargento de los Marines que sirvió en Irak entre 2004 y 2008 en operaciones de vehículos y mantenimiento, irrumpió en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días durante el servicio de las 10.25 de la mañana, con dos banderas estadounidenses en su camioneta. Después de abrir fuego, arrojó combustible e inició un incendio que redujo el edificio a escombros, según mostraron imágenes difundidas por medios locales.
Las autoridades recuperaron en el interior de la iglesia dos cuerpos más después del tiroteo inicial, lo que elevó el saldo mortal a cuatro. Además, señalaron que aún buscaban posibles víctimas entre los escombros.
El FBI, a través del agente especial Ruben Coleman, explicó que los investigadores también registraron la vivienda de Sanford, aunque no ofrecieron detalles sobre lo que encontraron en su casa.
“Lo único que sabe el FBI hasta ahora es que se trataba de un individuo que odiaba a los mormones», remarcó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Este ataque se suma a una serie de agresiones contra templos en Estados Unidos en las últimas dos décadas, incluido un tiroteo en agosto en Minneapolis que dejó dos niños muertos durante una misa, y ocurre menos de 24 horas después de que otro hombre matara a tres personas al disparar desde un bote contra una multitud en Southport, Carolina del Norte.
