Fuera mala onda, fuera malas vibras. Ni así pueden. Campañas en redes sociales, mufas varias y las lesiones que empiezan a aparecer. Este Central aguanta contra lo que le tiran, pero en cada fecha pierde algún soldado y en el momento menos oportuno. ¿Será el momento de cuidar titulares, aunque pueda costar perder algún puesto?
Es verdad que Central metió enormes objetivos, como clasificación a la Copa Libertadores, Supercopa y duelos eliminatorios de la Liga, pero que todavía busca quedarse con el primer lugar para asegurar localía hasta las semifinales. En el camino se quedó sin Kingtana, en el camino hay titulares cargados de amarillas y al borde de la suspensión. En el camino, parece que aparecieron las brujas o los papelitos en el freezer, porque en un solo partido se lesionaron Komar e Ibarra.
Holan resolvió y los reemplazantes estuvieron a la altura, pero la brecha cada vez es más corta, el personal cada vez más escaso y los tiempos cada vez más cortos. ¿Poner lo mejor siempre? Sería el ideal, pero a veces es mejor ser precavido, analizar bien cada paso para no lamentar ausencias clave en los partidos que serán realmente eliminatorios, en los que no tienen mañana.
A esta altura ni a los imbéciles de las redes sociales les quedan dudas de que Central es el mejor equipo del torneo e incluso algunos ya empiezan a bajar a tierra el barrilete de la crítica para panquequear y subirse al barco. Ahora el enemigo es otro, es evitar la mufa y llegar bien al momento clave.
