Bajos salarios y poder económico, el combo de las crisis en Argentina

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“En la última década, la economía argentina profundizó un círculo vicioso de regresión distributiva, fragilidad externa y concentración de poder económico”. Así lo señalan los economistas del Mirador de la Actualidad el Trabajo y la Economía (Mate), en un informe en el que indagan la conexión entre la caída de salarios, la presión cambiaria y el endeudamiento externo. Un proceso que provocó una transferencia de ingresos por u$s 290 mil millones a un puñado de sectores empresariales y que encadenó a la economía argentina a crisis cada vez más recurrentes.

Mate presentará el martes próximo en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNR el documento de trabajo “El poder económico y la frágil economía de los bajos salarios”, que va al hueso de la relación entre la necesidad permanente de dólares y la transformación distributiva que operó en la economía argentina desde el inicio del gobierno de Mauricio Macri. La actividad, organizada junto al grupo Surplus y la Fundación Friedrich Ebert, se realizará desde las 19 hs.

A partir de una investigación basada en balances contables, declaraciones juradas de impuestos y datos de organismos como la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Banco Central de la República Argentina (BCRA), los especialistas investigaron por qué las crisis en Argentina son recurrentes y más profundas y por qué “los períodos de estabilidad son más cortos”.

Círculo vicioso

El punto de partida es que entre 2015 y 2024, a través de la caída de los salarios reales, se produjo una transferencia de ingresos que “incrementó los excedentes apropiados por el sector privado en un valor equivalente a u$ 290.000 millones”. Parte de esa ganancia adicional fue dolarizada por el sector privado, provocando una pérdida de divisas de u$s 190.000 millones en el período. La contracara de este proceso fue un crecimiento del endeudamiento externo, tanto del sector público como del privado. Se incrementó en u$s 114.000 millones, con un costo financiero de u$s 68.000 millones.

“El gobierno de Macri construyó este escenario al imponer un fuerte cambio distributivo, habilitar e incentivar la fuga de excedentes más importante de la historia de la economía nacional y, como contracara, incrementar el endeudamiento de forma inédita”, señala el estudio. En el segundo tiempo, Javier Milei lo profundizó.

La hipótesis de Mate es que “así se creó y se profundizó la frágil economía de los bajos salarios, donde las crisis son cada vez más recurrentes”. Esta volatilidad mueve a los gobiernos a adoptar “medidas de emergencia” que presentan una “especial oportunidad” para negocios de sectores como el financiero, el energético y el agroexportador.

Los bancos, volcando el excedente en créditos al sector público y las empresas de energía, beneficiándose con políticas de estímulos, precios internos elevados y obras de infraestructura. Las agroexportadoras, con los sucesivos beneficios obtenidos a través de su poder de presión con la liquidación de dólares.

Peaje de gobernabilidad

El trabajo pone en evidencia cómo, incluso en contextos de crecimiento, “el ingreso se concentró en una cúpula empresarial cada vez más poderosa, mientras los salarios reales caen y el Estado pierde capacidad de incidir sobre la distribución”. Las altas tasas de ganancia en sectores estratégicos conviven con un mercado interno deprimido y una economía “cada vez más frágil expuesta a la fuga de capitales y la dolarización de excedentes”.

Al analizar las últimas estadísticas tributarias relevadas por la Afip para el conjunto de actividades económicas, entre 2017 y 2022, Mate detectó que la ganancia empresarial “creció a costa de los salarios y de la recaudación tributaria”. La facturación de las empresas aumentó 18% en términos reales, el peso del impuesto a las ganancias bajó 35% en relación a esa facturación y el del costo salarial 25% en relación a las ventas.

A pesar de esta “apropiación del valor agregado” las inversiones a partir de 2015 “presentaron niveles de inversión muy bajos que en muchos casos no cubrieron el propio desgaste del capital”.

El informe apunta a mostrar que “cuando el poder corporativo es ejercido cómodamente por las empresas, la estabilidad se paga”. Con regulaciones en favor del capital, con caída salarial y, siempre, en dólares.

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