El presidente convocó a un encuentro, con el envión de los resultados electorales. Negociación y no imposición, es la postura de los mandatarios provinciales, que entienden que aunque el libertario les haya ganado los comicios, igual los necesita
Subido al envión del triunfo electoral y con el aprendizaje de errores pasados, el presidente Javier Milei parece decidido a resolver sin demoras cómo arma la nueva mayoría parlamentaria que necesita para poner en marcha la fase 2 de su gobierno, presentada por él mismo en los festejos del domingo: la de las reformas de “segunda generación”. La tarea la encara por una doble vía: reabrió el contacto con Mauricio Macri, con la idea de que La Libertad Avanza y el PRO tiendan a ser una sola cosa, y convocó a los gobernadores a una reunión este jueves a la tarde. En Casa Rosada entienden que los no kirchneristas quedaron sin margen para faltar después del respaldo ciudadano al jefe del Estado.
A la Casa Gris el llamado llegó este martes. Desde el otro lado del teléfono, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, invitó a un encuentro con Milei. Hizo saber que también estarán, al menos, dos ministros: el del Interior, Lisandro Catalán, y el de Economía, Luis Caputo. El temario, el ya anticipado por el presidente: comenzar a tejer los acuerdos para que el Congreso sancione las reformas laboral, tributaria y previsional –para seguir con el ajuste y achicar el costo argentino–, que el gobierno considera imprescindibles para reactivar la economía argentina y darle batalla al crecimiento del desempleo y el empleo informal.
Fuentes cercanas a Maximiliano Pullaro dijeron que si bien la postura del gobernador, expresada por él mismo antes y después de los comicios, es que Santa Fe está dispuesta a ser parte de los consensos “si el presidente se deja ayudar”, no le confirmó a Francos aún su asistencia.
Nación descuenta que estará, como el resto de los no kirchneristas. Pero hay dos peros. Uno es que la moderación discursiva de Milei no alcanza para despejar desconfianzas lógicas después de maltratos varios e incumplimientos de acuerdos anteriores, aunque el que se ponga al frente de la mesa sea el propio presidente. La segunda es que más allá de que les ganó las elecciones, el oficialismo los necesita para construir una mayoría que lo saque de su empantanamiento en el Congreso. Podría hacerse un paralelo con una de las máximas kirchneristas que envejeció mal: «Con Cristina no alcanza, pero sin ella no se puede». Sin los gobernadores tampoco, por lo tanto ellos sienten que tienen que llevarse algo de la negociación.
“Estamos viendo las condiciones”, fue la respuesta en el entorno de Pullaro sobre qué hará el gobernador. Como el resto de sus colegas, lo que pretende es que el temario no sea solo el que le interesa a Milei. Por más que, por ejemplo en su caso, ya explicitó varias veces que cree necesarias leyes de reforma en los mismos ámbitos que plantea Nación. Pero quiere también que estén en la mesa de discusión las cuestiones que les interesan a las provincias, en el caso de Santa Fe que se cumpla con el pago de deudas por las que tiene fallos favorables en la Justicia y se retomen inversiones en infraestructura.
Eso implica no solo hablar de las reformas que el gobierno libertario promete incluir en una posible ley Bases 2, sino también de negociar una ley de Presupuesto que luego se pueda aprobar y ejecutar. Es decir, que los acuerdos no se queden en la foto.
Un debate conflictivo
En cuanto a las reformas en sí, la que primero el Gobierno instaló en el debate público, y lo hizo con fuerza y determinación, es la laboral.
La discusión la lanzó con un proyecto de Romina Diez, que propone una flexibilización profunda de las condiciones de trabajo con, entre otras cosas, extensión horaria, indemnizaciones en 12 cuotas, cambios en regímenes de licencias y beneficios fiscales y crediticios para empleadores.
Los gobernadores, fundamentalmente los no peronistas, acompañan la idea de la necesidad de cambios profundos en la materia. Pero saben también que el avance hacia ese objetivo generará conflictividad por el impacto negativo que puede generar la afectación de lo que hasta acá son los pisos mínimos de derechos laborales.
“La realidad del trabajo cambió: con la tecnología, el home office y la dinámica de las empresas actuales, el modelo de relaciones laborales donde los gremios son la llave de los cambios ya no funciona más”, analizó sobre el tema un funcionario de la gestión Pullaro consultado por Rosario3. Pero a la vez advirtió que hay que cuidar “hasta dónde la norma desmejora los estándares para el que tiene trabajo”.
No será sin costos que los representantes de los mandatarios provinciales levanten la mano a favor de lo que quiere el gobierno de Milei. Por eso van a medir lo que aprueban y buscarán, si son parte de una nueva gobernabilidad, también estar del lado de los beneficios de la misma.
El gobierno nacional ya convocó al diálogo. Habrá que ver si a partir de la reunión se abre además una negociación real y conducente.
